1.- RECONOCER LOS SÍNTOMAS
Lo primero que debes hacer si sospechas que alguien está sufriendo un paro cardiorrespiratorio es hablarle, moverlo y verificar si respira, lo que se puede comprobar acercando el oído a la boca del accidentado, además de revisar que no tenga ningún elemento en la boca que obstruya la vía aérea. Si no hay respuesta, la persona está en paro cardiorrespiratorio.
2.- PEDIR AYUDA
Si bien la maniobra debe iniciarse lo antes posible, antes de comenzar es fundamental que llames a una ambulancia o pidas ayuda a alguien más para que lo haga.
3.- COLOCAR A VÍCTIMA EN LUGAR ADECUADO
Debes recostar a la persona en el suelo o en una superficie dura y firme. Inclina su cabeza hacia atrás empujando la barbilla con los dedos hacia arriba para abrir la vía aérea.
4.- INICIAR LAS COMPRESIONES CARDÍACAS
Ponte de rodillas a un costado de la víctima y ubica el punto sobre el que debes hacer presión, que es justo entre ambas tetillas. Luego, entrelaza tus manos, estira tus brazos y presiona 30 veces el pecho de la víctima (ver imagen principal). Los movimientos deben ser firmes y sin flectar los codos para no disipar la fuerza. El tórax de la persona debe comprimirse o bajar por lo menos un tercio del total de su cuerpo.
5.- REALIZAR LAS VENTILACIONES
Éste es el procedimiento que se conoce como respiración boca a boca. Debes fijarte que la víctima tenga la cabeza inclinada hacia atrás (como se indicó en el punto 3), tapar la nariz y soplar dos veces por cada 30 compresiones. Para saber si lo estás haciendo bien, fíjate si el pecho de la persona se levanta cuando soplas sobre su boca.
En lactantes y niños de hasta 8 años el procedimiento es prácticamente el mismo. La diferencia básica es que la maniobra se inicia con dos ventilaciones. Éstas se realizan cubriendo con la boca la nariz y boca del niño. Para las compresiones:
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