Cambiar nuestros hábitos alimenticios no suele ser una tarea fácil, más cuando ya nos hemos acostumbrado a consumir comida rápida tanto fuera como dentro de casa. Sin embargo, debemos recordar que los beneficios de alimentarnos de forma adecuada son innumerables y, sin duda, los podemos notar en toda nuestra actividad diaria.
Mantener una alimentación sana y balanceada nos ayuda a:
● Disminuir los niveles de estrés: al alimentarnos de manera saludable nos sentiremos empoderados y dueños de las decisiones sobre lo que elegimos para comer, aumentaremos nuestra autoestima y disfrutaremos al máximo de los beneficios de una correcta alimentación.
● Comer con moderación: ningún exceso es bueno; comer sin límites nos puede conducir a la obesidad y, además, es un hábito destructivo. La moderación es el mejor antídoto para que comer no sea una acción compulsiva o emocional.
● Perder peso y mantenerlo en el tiempo: esto es algo que muchos quisieran lograr y que definitivamente vale la pena intentar. Alcanzar un peso saludable tiene una serie de beneficios para nuestro organismo, los que incluyen un menor riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes o hipertensión, entre otros.
● Evitar los cambios bruscos de humor: estos cambios se producen cuando comemos de manera compulsiva. Debemos tener especial cuidado con los alimentos de alto índice glicémico (que aumentan bruscamente los niveles de glucosa en nuestra sangre), ya que producen una importante descarga de insulina posterior, llevándonos rápidamente de un estado de euforia momentánea a una sensación de aletargamiento.
● Vencer la adicción a la comida: si comemos de manera consciente podemos controlar mejor cuánta comida ingerimos. Se trata de comer con hambre (necesidad de comida) y no con un apetito descontrolado, que equivale al deseo de comida por causas emocionales.
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