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Salud mental en Chile: cuando la lucha va por dentro

Desganados, con problemas para dormir e irritables. Estos son solo algunos de los síntomas con los que conviven a diario los chilenos. Trastornos como la depresión y la ansiedad afectan cerca del 11% de la población nacional, siendo un verdadero impedimento para llevar una vida activa y funcional.

Según la Organización Mundial de la Salud, en 2018 la depresión fue el trastorno mental con mayor prevalencia en el mundo, con un estimado de 300 millones de personas afectadas, lo que equivale al 4,4% de la población. Esta enfermedad está seguida muy de cerca por los trastornos de ansiedad, que afectan a cerca de 264 millones de personas, es decir, cerca del 3,6% de la población mundial.

En Chile, el panorama de la salud mental es alarmante ya que de acuerdo al estudio en el que se describen los estimados de salud mental mundial de 2018, los índices de prevalencia de la depresión y los trastornos de ansiedad nos sitúan por sobre los promedios mundiales, siendo superados solo por Brasil a nivel latinoamericano.

Si de cifras se trata, se estima que en nuestro país el 5% de la población sufre de depresión, mientras que el 6,2% de los chilenos declara padecer de trastornos de ansiedad. Esto no solo pone de manifiesto la urgente necesidad de tratar estos trastornos como una prioridad de las políticas de salud pública, sino que también exige derribar algunos mitos existentes en torno a ellos.

Algunos mitos en torno a la depresión y la ansiedad

Existen varias ideas o mitos asociados a estos trastornos y, de hecho, es fácil identificar que muchos de estos juicios relacionan el padecer estos cuadros con un tema de voluntad. A veces decirle a una persona “no estés triste” o “estar bien depende de ti”, en lugar de alentar a buscar ayuda profesional, produce el efecto contrario.

Por otra parte también está la idea de que estos cuadros no requieren de un tratamiento médico o de ayuda profesional, también reforzada por la creencia de que son sensaciones pasajeras o que con el tiempo mejoran. La verdad es que aun cuando no existe un remedio que prometa la mejoría en tiempo récord, siempre es recomendado no pasar por alto los síntomas de una depresión o un trastorno de ansiedad, ya que en lugar de mejorar con el tiempo, se pueden agudizar y profundizar si no se recibe ayuda profesional.

También es importante entender que aquellos que padecen de depresión o ansiedad no buscan llamar la atención del resto. Esta idea muchas veces provoca que quienes viven con estos trastornos no busquen ayuda profesional para no molestar al resto. De todas formas es importante recordar que cualquier persona que declare o amenace con hacerse daño o atentar contra su vida, más que buscar atención está pidiendo ayuda e intervención de su entorno.

Síntomas de la depresión y la ansiedad

Muchas veces puede resultar confuso o difícil el distinguir entre sentir tristeza, cansancio o estrés con un cuadro depresivo. Por eso es importante prestar atención a estas señales y recordar que pueden variar de una persona a otra, tanto en intensidad como en la frecuencia en que se presentan algunos o todos estos síntomas:

  • Sensación de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza
  • Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia
  • Pérdida de interés o placer por actividades habituales como pasatiempos o deportes
  • Disminución de la libido y actividad sexual
  • Alteraciones del sueño, insomnio o dormir demasiado
  • Cansancio y falta de energía
  • Trastornos del apetito, ya sea falta o aumento del deseo de comer
  • Ansiedad, agitación o inquietud
  • Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas, sentirse más lento en general
  • Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches
  • Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio
  • Malestares físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza

Por su parte, los trastornos de ansiedad se diferencian de la depresión al consistir principalmente en una sensación constante de miedo o terror, la que se puede desencadenar en contextos específicos (como la fobia social o la ansiedad por separación) o sin gatillantes concretos (como en la ansiedad generalizada).

Los episodios de ansiedad se pueden presentar sin aviso y con intensidades variables, para reconocerlos debes prestar atención a estos síntomas:

  • Sensación de nerviosismo, agitación o tensión; existe la idea de que hay un peligro inminente o catástrofe
  • Aumento del ritmo cardíaco, sensación de palpitaciones o sensación de presión en el pecho
  • Hiperventilación
  • Aumento de la sudoración
  • Temblores en el cuerpo, brazos, manos, piernas y pies
  • Sensación de debilidad o cansancio
  • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
  • Problemas para conciliar el sueño
  • Problemas gastrointestinales
  • Tener dificultades para controlar las preocupaciones
  • Tener la necesidad de evitar algunas situaciones que generan ansiedad

Reconocer estos síntomas es el primer paso para acceder a un tratamiento oportuno y adecuado. Si te identificas con ellos recuerda que puedes contar con los profesionales del Hospital del Trabajador ACHS. Agenda tu hora a través de nuestra nueva agenda en línea o llamándonos al 22 515 7777.

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