La tiroides es una pequeña pero poderosa glándula que tiene como tarea principal el manejo y control de aspectos fundamentales del funcionamiento de nuestro organismo.

Ubicada en el centro de la base de nuestro cuello, cerca de la clavícula, podemos encontrar a la glándula tiroides. Cuenta con la forma de una mariposa o la mitad de una nuez y mide cerca de 4 cms de alto.

A pesar de su tamaño, esta glándula cumple importantes funciones en nuestro organismo ya que es la encargada de regular nuestro metabolismo, controlar la presión arterial, regular nuestro sueño, interviene en nuestros estados de ánimo, entre otras funciones.

Para esto, la glándula produce dos hormonas, las que libera constantemente a nuestro organismo, y se conocen como T3 y T4 (triyodotironina y tiroxina respectivamente). Cuando la tiroides tiene un funcionamiento normal, ambas hormonas son secretadas en las cantidades necesarias para mantener el control de nuestro organismo.

Sin embargo, cuando nuestra tiroides presenta un funcionamiento anormal puede comenzar a producir de manera ineficiente estas hormonas. Cuando esto sucede, estamos frente a un caso de hipotiroidismo (o cuando hay un déficit de hormonas) o de hipertiroidismo (o cuando se produce una sobreproducción de hormonas tiroideas).

Para prevenir el mal funcionamiento de la glándula tiroides y mantenerla saludable, es importante mantener un estilo de vida saludable, incluyendo ejercicios físicos de forma periódica y una buena alimentación, prestando especial atención al consumo de yodo; el principal aliado de la tiroides en el manejo de la energía en nuestro organismo.

Mantener una tiroides saludable no solo permite llevar una vida saludable y llena de energía, también permite mantener alejadas otras afecciones a la glándula como el cáncer de tiroides.

Ante la aparición de síntomas como cansancio, aumento súbito de peso o palpitaciones, es importante visitar a un médico ya que solo un especialista puede indicar la realización de un examen de sangre para determinar la cantidad de hormonas T3 y T4 presentes en el organismo, y así iniciar el tratamiento adecuado para recuperar el correcto funcionamiento de la glándula.

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